martes, 13 de diciembre de 2011

REMOVIDA MINISTERIAL


Un nuevo gabinete que deja más preguntas que respuestas.
Que tales decisiones viene tomando el Presidente Humala antes de finalizar el año 2011, verdaderamente un mes navideño con muchas sorpresas que van dejando ante la opinión pública más preguntas que respuestas. En primer lugar la posición que tomó frente a la conflictividad en Conga, donde la lucha de hegemonías entre ciudadanos y gobierno dio por resultado el posicionamiento de este último, sobreponiéndose a una presión popular que a través de un paro indefinido intentaba dar el primer golpe haciéndole recordar al ahora Presidente Humala que este había llegado al gobierno gracias al apoyo de toda el ala izquierda peruana, que van desde los tecnócratas caviares, ambientalistas, sociacialistas y hasta los radicales que no quieren saber nada con la inversión privada en el Perú.   
Precisamente este acontecimiento que tuvo como resultado el restablecimiento del principio de autoridad que de manera efectiva lo establece la Constitución por medio del Estado de emergencia en la zona de conflicto (Cajamarca), el gobierno contragolpeó a las bases sociales y dirigenciales haciéndoles saber y entender que con presiones no se podía llegar a un acuerdo y que el capitán del barco son ellos mismos, liderados por el Presidente, quién tiene que tomar las decisiones finales en lo que respecta a inversión privada, la protección del medio ambiente y el efectivo gasto público que los gobiernos subnacionales puedan propiciar. Esta nueva posición del gobierno es celebrada principalmente por sectores liberales y ni que hablar de los amigos de la derecha empresarial que junto a los poderes fácticos, están saltando en un pie, porque el gobierno resultó ser más liberal que progresista, socialdemócrata o lo que pintaba la peor pesadilla de Aldo Mariátegui, un gobierno rojo y comunista.
Esta nueva posición del gobierno, evidenciada en como afrontó la conflictividad en Conga, también ha desencadenado una crisis al interior del gabinete ministerial, producto de encontronazos y posturas ideológicas de varios ministros integrantes han tenido frente al desenlace final en Cajamarca, de lo cual nunca se pudo evidenciar una idea clara y uniforme, por el contrario puso en evidencia la amenaza que representaba iniciar un gobierno con un gabinete de todas las sangres, que evidentemente salió a relucir la discrepancia política con la que cada uno de los ministros afronta los problemas sociales. Por lo visto la posición del gobierno no gustó mucho a la fracción más politizada del gabinete ministerial y de la propia PCM, que finalmente en una cuestión de ordenar la casa, la presidencia de la república tuvo que tomar desiciones y remover el gabinete empezando por el ex premier Salomón Lerner, para que tanto los principales asesores de la PCM provenientes de la corriente más izquierdista y algunos ministros traídos por Siomi, puedan en un efecto domino, ser expectorados de sus funciones.
Seguramente dentro de las muchas preguntas que nos podemos hacer de este nuevo gabinete ministerial presidido por el otrora Ministro del Interior Oscar Valdez Dancuart, es que si se ha derechizado el gobierno de Humala de la noche a la mañana. Muchos podrían afirmar que esta realidad es inevitable y que a partir de ahora las cosas van a ser igual a como las trató el gobierno anterior aprista, es decir en la vuelta a la política del perro del hortelano y el activismo del neoliberalismo en esta nueva etapa de gobierno. Sin embargo considero que la derecha no debe promover ni creer que esto es completamente posible, a mi parecer este nuevo enfoque de gobierno materializado con esta nueva propuesta ministerial tiene como objetivo más que beneficiar a un sector (en este caso la derecha empresarial), el de adecuar su hoja de ruta con funcionarios más técnicos que más allá de su posición política e ideológica, puedan cumplir con las funciones encomendadas en aras de lograr los objetivos de este gobierno como la inclusión y el desarrollo social. Al parecer el Presidente se cansó de ser contradecido por sus anteriores ministros y el principio de autoridad también lo quiso imponer al interior de su gobierno sacrificando a los más políticos y salvando a los más técnicos.
Finalmente considero que es coherente lo que intenta hacer el Presidente Humala removiendo su gabinete ministerial y tratando de hacerlo más asequible al cumplimiento de su hoja de ruta, sin embargo lo que si tiene que resolver pronto, dentro de un plan estratégico de comunicación política, es hacer partícipe de esta nueva posición tanto a los gobiernos regionales, locales y la sociedad civil, caso contrario la imagen que está proyectando es de traidor a sus principios, y precisamente en ese sentido el Presidente Humala es preso de sus palabras en campaña. Esperemos que esta nueva gestión ministerial pueda solucionar de plano los problemas de comunicación con la población y mejorar los canales de diálogo que intentó establecer el gabinete Lerner. Porque si empezamos con la prepotencia y promover las inversiones al caballazo, tengan por seguro que Ollanta Humala no aguanta los cinco años. Qué triste escenario para alguien que tiene todas las oportunidades para promover la igualdad y distribuir la riqueza que tanto necesitan los peruanos.
 

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