miércoles, 9 de noviembre de 2011

CONFLICTOS A RITMO DE CONGA


La pericia y manejo del Gobierno, puesta en escena.
Como era de esperarse, los conflictos socio ambientales que se mantenían en el lumbral empiezan a rebrotar a lo largo y ancho del territorio nacional, siendo el punto de partida Cajamarca, la cual es conjuntamente con Puno, las regiones que más albergan conflictos producto de la extracción minera, según cifras de la Defensoría del Pueblo y la Presidencia del Consejo de Ministros. Y es que la empresa minera Yanacocha la tiene más difícil que nunca al tener que discrepar con toda una población que reclama a gritos: ¡Basta a la minería!, más allá de su plataforma de reclamos que se basa en la instalación de dicha empresa en las cuencas hidrográficas que abastecen de agua a la población que se ubica en dicho sector.
En ese sentido este primer significativo conflicto que afrontará el gobierno en relación al proyecto minero Conga - Cajamarca, es tan complejo y confrontacional, que tendrá que tratarlo con pinzas analizando por un lado, cada aspecto que difiere en la problemática real que afecta a la población y por otro lado, mantener el compromiso de cumplir con los contratos mineros ya establecidos, generando para tales efectos un clima de diálogo, concertación y de respeto a los procesos que implican en primer lugar un adecuado Estudio de Impacto Ambiental que favorezca a todos los implicados y en segundo lugar, un nivel de negociación que no permita por ningún lado dejarse avasallar por presiones que provengan tanto de la empresa privada como de la sociedad civil.
Bajo esa perspectiva, el Gobierno tendrá que analizar tres factores importantes que son implícitos dentro de la actual problemática que se vive en Cajamarca. Un primer factor es EL AGUA: el cual viene a ser el problema central que viene originando el proyecto minero Conga en contraposición con los intereses de los que viven en dicha zona pertenecientes a los distritos de Cajamarca y Celendín, lugares justamente que albergan una zona donde nacen pequeñas fuentes naturales de agua que alimentan los principales ríos de la región; por lo que la defensa ejercida por los pobladores es a favor de la preservación de las lagunas, bofedales y microcuencas que se encuentran en las zonas altoandinas, las cuales se verían seriamente afectadas al ubicarse el Proyecto Conga en la cabecera de dicha cuenca.
Sin embargo, la posición de Yanacocha es obviamente distinta, ellos señalan que las cuencas hidrográficas no serán afectadas, para lo cual tienen previsto realizar un impactante proyecto hidrográfico a fin de asegurar de agua a la población antes del inicio de sus operaciones. Este proyecto pretende drenar agua de las cuatro lagunas naturales ubicadas en la zona de explotación, las cuales serían trasvasadas desde su origen hacia cuatro reservorios construidos por la empresa, con los cuales se prevé la acumulación de agua en cantidades mayores de la que incluso proveen las lagunas naturales. Dicha tentativa propuesta técnica no satisface a los pobladores, puesto que señalan que una laguna natural no puede ser reemplazada por un reservorio artificial, por lo que los intentos de la empresa privada para transformar la naturaleza no parecen convencer en nada a sus principales afectados.
Un segundo aspecto a tomar en cuenta por el Gobierno es el ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL: el mismo que es un requisito esencial y que de su aprobación depende para que un proyecto minero pueda iniciar operaciones. En ese sentido el EIA del Proyecto Conga actualmente cuenta con varios cuestionamientos y observaciones en cuanto a su viabilidad social y ecológica para el país, siendo uno de los principales, el conflicto de intereses que hubiera surgido a favor de la empresa minera al momento de plantearse la aprobación de su EIA, y esto debido a que un ex gerente de Yanacocha habría sido en el momento en el que la empresa minera solicitaba la aprobación del EIM del Proyecto Conga, director de la Oficina de Asuntos Ambientales del Ministerio de Energía y Minas, entidad encargada de revisar el documento. Por esa razón, los pobladores reclaman la realización de manera imparcial e independiente de un nuevo EIA que pueda determinar con certeza la viabilidad del proyecto, por lo que el MINEM tiene en ese sentido que pronunciarse al respecto.
Un tercer aspecto viene a ser la EXPLOTACIÓN MASIVA DE CAJAMARCA; y es que el Proyecto Conga no es el único proyecto de gran envergadura que pretende desarrollarse en la cabecera de la cuenca. Existen también otros proyectos de las empresas mineras Lumina Cooper S.A.C. y Anglo American, que se encuentran a la expectativa del resultado que propicie el Gobierno para iniciar también sus operaciones. Asimismo, existen zonas aledañas que ya se encuentran concesionadas y se perfilan como áreas de expansión del Proyecto Conga. En ese sentido existe una preocupación alarmante por parte de la población cajamarquina que mira con temor el convertirse en un “foco minero”, que cuente hasta con cinco operaciones mineras de tajo abierto de manera simultánea en la cabecera de la cuenca, lo cual implicaría irremediablemente consecuencias ecológicas y sociales al verse afectadas las fuentes naturales de agua.
Es bajo ese contexto que el Gobierno ha tenido la iniciativa de necesariamente plantear el establecimiento de un ordenamiento territorial a mediano y largo plazo en todas las regiones del país a fin de evitar situaciones similares en el futuro. Sin embargo a la población cajamarquina no le parece agradar del todo la idea, en vista de que su problema es actual y le interesa que el Gobierno pueda retractarse de su inicial posición de dar luz verde al Proyecto Conga, al margen de las negociaciones posteriores que se presenten. A mi parecer, tal situación debe ser revisada con cuidado y ver la posición de los cajamarquinos que están viendo sus tierras sobreexplotadas por la minería por más de veinte años, teniendo en cuenta además que el desarrollo no es visto de manera contundente por la Región Cajamarca, al ser una de las regiones más pobres del país. Por lo que si bien es cierto el diálogo es importante, habría que ver el margen de predisposición con el que van los cajamarquinos a tratar el tema que para ellos simplemente no va más. Esperemos entonces los resultados.

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