miércoles, 9 de noviembre de 2011

EL DISCURSO DEL PRESIDENTE


Entre las precisiones y los que ven solamente contradicciones.
Al mismo estilo del presidente francés Nicolás Sarkozy quien hace una semana brindara una entrevista a manera de mensaje presidencial a periodistas representativos de diferentes medios de comunicación franceses; nuestro Jefe de Gobierno de igual forma recibió el domingo pasado a cuatro periodistas nacionales para someterse a una entrevista que trató principalmente los temas de crecimiento económico, inclusión social y el Perú que queremos para el futuro; dicha conferencia-entrevista fue aprovechada hábilmente por los periodistas para poder abordar también temas que se encontraban en agenda como el presunto delito de tráfico de influencias del vicepresidente Omar Chehade, posibles cambios constitucionales, reelecciones presidenciales, los indultos humanitarios, entre otros temas que despejaron en su mayoría muchas dudas y que dentro de un marco general, considero que brinda cierta tranquilidad y reafirma el compromiso con los peruanos de una hoja de ruta estable y consecuente.
Sin embargo al parecer esta posición centrista o centro izquierdista del gobierno del Presidente Humala en su discurso dentro de estos 100 días de gobierno, incomoda tanto a sectores políticos extremistas de derecha y de izquierda. Por un lado la derecha representada por los grandes actores económicos del país y diversos medios de comunicación, deben de tener sentimientos encontrados debido a que seguramente esperaban que nuestro presidente enfatizara un discurso beligerante y compulsivo en contra de sus intereses económicos y comerciales, para poder tomarse de este y reiniciar nuevamente la campaña de desgaste en contra del gobierno poniendo en tela de juicio si terminará su gestión con un polo “rojo” o un polo “blanco”, haciendo alusión a la posición que tomara el entonces candidato Humala en primera vuelta electoral con su discurso conflictivo y nacionalista y el vuelco que diera en segunda vuelta con un discurso más ecuánime y concertador, el cual lo llevó finalmente a alcanzar la presidencia de la república.
En ese sentido, este mensaje tranquilizador del presidente con respecto a la garantía de los compromisos y pactos comerciales realizados por el Estado con las empresas privadas y el respeto sobretodo a la Constitución, tampoco le viene mal a la derecha peruana, que puede respirar tranquila sabiendo que sus intereses no van a ser trastocados y que el hecho de tener a representantes de sus intereses dentro del gobierno como en el MEF y el BCRP, de alguna manera les da cierta seguridad que no habrán cambios bruscos en el aspecto económico y monetario; asimismo este hecho al parecer brinda también mucha tranquilidad a los que apostaron por un gobierno que promueva la inversión privada como motor del desarrollo económico y social de nuestro país, tal como se ha venido haciendo esta última década. Sin embargo, el otro extremo del espectro, me refiero a la izquierda peruana, la misma que también forma parte actualmente de la gestión del actual gobierno, no parece sentirse tan conforme con los cambios progresivos que se pretenden dar en el aspecto económico y social, poniendo en tela de juicio el comportamiento del actual gobierno, tildándolo de suave, de derecha y hasta de pro minero, el mismo que según su parecer, ha cambiado de discurso de lo que era en campaña electoral y de lo que ahora representa como gobierno nacional.
Un aspecto que respalda este temor por parte de la derecha – y que paradójicamente también la favorecería con miras a las elecciones del 2016 -, es con respecto al cambio de discurso que pudiera dar nuestro presidente en cuanto al rumbo centrista de su gobierno y esto debido a su reciente participación en la XXI Cumbre Iberoamericana realizada en Asunción – Paraguay, en donde muchos medios en el Perú criticaron la posición de nuestro Presidente de resaltar el papel promotor y dinámico que debe cumplir el Estado en el aspecto económico y social, y la seria crítica que señaló sobre la influencia que intentan y están acostumbrados los poderes fácticos en nuestro país constituido principalmente por las grandes corporaciones, medios de comunicación aliados, la Iglesia Católica y las FFAA para presionar al gobierno de turno y hacer prevalecer rápidamente sus intereses. Al parecer esta apreciación del Presidente Humala no le cayó bien a muchos y al instante empezaron las especulaciones en cuanto a la falta de uniformidad en su criterio, la misma que al parecer fue desestimada con sus comentarios posteriores en la entrevista – conferencia del pasado domingo.
Y es que debemos entender que no debemos ver el accionar del gobierno como uno de derecha o de izquierda, más allá del sesgo ideológico con que algunos actores políticos se desenvuelven en sus respectivas funciones, por el contrario debemos apoyar la iniciativa del gobierno de construir un Estado para todos los peruanos, en donde el enfoque primordial sea tanto por parte de los actores políticos como económicos, la lucha contra la desigualdad y la pobreza. En ese sentido el papel de la empresa privada es fundamental en el desarrollo de la sociedad, en donde más allá de los impuestos que se generen de sus actividades económicas y que definitivamente sirven para el desarrollo nacional, urge la necesidad de su compromiso en el aspecto social con sus respectivas localidades, con la finalidad de acelerar el proceso de inclusión social en apoyo de las proyecciones que tiene el Gobierno en este aspecto. Asimismo el respeto al medio ambiente y la responsabilidad y transparencia en cuanto a la ejecución de sus proyectos de impacto ambiental son muy necesarios a fin de evitar revueltas violentas por parte de los agraviados que legítimamente ven afectados sus intereses porque están vinculados directamente con sus tierras y su salud. En ese sentido, la responsabilidad social y ambiental con la que se desenvuelva la empresa privada, permitirá el desarrollo integral de sus comunidades y contribuirá con la paz social, sobretodo en un contexto donde todavía existe mucha ineficiencia por parte de gobiernos locales y regionales para ejecutar correctamente el gasto público. 
Por otro lado, el gobierno también tiene una tarea importante de acelerar las iniciativas correspondientes a la promoción de la inclusión social, ese es el principal desafío del Presidente Humala, además de la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento de la seguridad ciudadana. Es bajo esa plataforma de trabajo que incluye los tres aspectos anteriormente mencionados, que se puede dar paso a un segundo nivel de gobierno que incluye el promover y potenciar la educación, tecnología e innovación en nuestro país. Recordemos que los mejores gobiernos a nivel mundial no se pueden categorizar por ser gobiernos de izquierda o derecha, sino que son gobiernos que al margen de su ideología o postura política, supieron unificar sus Estados bajo una visión clara de país, reduciendo considerablemente las brechas de desigualdad en sus poblaciones y que en ese contexto, supieron potenciar su sector educativo, tecnológico y empresarial, los cuales ahora le sirven para promover una competitiva industria nacional dándole valor agregado a sus productos, y en donde el dinamismo de la economía de sus países no se basa solamente en la exportación de materias primas, visión a la cual debemos apuntar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario