martes, 27 de diciembre de 2011

DIÁLOGO + PRESIÓN = OBSTINACIÓN


¿Ollanta Humala será un inquilino más que pasa por Palacio de Gobierno?
Y la novela Conga al parecer no tiene cuando acabar. El gobierno en base a su posición inicial de Conga va si o si, viene intentando de todas las formas convencer a la población cajamarquina que es posible la convivencia entre el oro y el agua, aunque el problema necesariamente no pase por la confluencia de este preciado mineral y el líquido elemento, convirtiéndose por el contrario en una disputa entre un gobierno que promueve la inversión privada y una población que por un lado representada a través de un ideologizado gobierno regional y frente de defensa rechaza cualquier capital privado, el mismo que está respaldado en miles de cajamarquinos que sin estar ideologizados, viven en carne propia la pobreza extrema y la desigualdad social pese a vivir en una zona rica en mineral y que genera muchas inversiones. Este trinomio de posiciones, aún no pueden converger en una solución que ataque verdaderamente el problema de fondo que a mi parecer pasa por además de la promoción de la minería responsable, en principalmente la efectiva ejecución del gasto público en Cajamarca, lo cual debe convertirse en la prioridad del Estado no solamente en dicha región, sino en todas las regiones que vienen desaprovechando estos recursos provenientes de la minería.
Esta última semana se evidenció que la estrategia de convencimiento o persuasión del gobierno aún acusa serias deficiencias, y esto a raíz de la negativa a firmar por parte de las autoridades cajamarquinas, del acta de entendimiento que disponía las siguientes reuniones y temas a tratar entre el ejecutivo y las autoridades regionales. Aunque algunos podrían calificar de testarudos a los cajamarquinos, considero que los encargados de crear las condiciones para un adecuado manejo de la negociación es el ejecutivo, el cual por lo visto, ante la percepción de la ciudadanía está intentando ser más duro con la población que con el problema mismo, lo cual le viene costando este aletargamiento en las negociaciones y no lo deja tan bien parado.
Sin embargo no hay que negar que la presión proveniente de la población cajamarquina representada por su frente de defensa también es fuerte y en muchas ocasiones hasta intransigente. Ahora están planteando que el ejecutivo nombre otro interlocutor y se designe a un mediador que coadyuve a encontrar una salida al entrampamiento, puesto que las actitudes del actual Presidente del Consejo de Ministros no contribuyen a un buen clima para que este se lleve adelante. El cuestionamiento se debe principalmente al rol negativo que este último tuvo en las conversaciones desde un principio, cuando propició la declaración del estado de emergencia, y recientemente la actitud discriminatoria y autoritaria con la cual viene dificultando el diálogo. Estas posiciones de buscar culpables tampoco es buena, sobretodo si ante la opinión pública se conoce de antemano que las alternativas por parte de las autoridades regionales de Cajamarca de buscar un acuerdo que concilie el agua y el oro son completamente nulas. Ese sesgo ideológico con el que entran a las negociaciones no ayuda en nada a buscar una solución que beneficie realmente a la población que representan. No pueden alegremente oponerse a la minería sin tener otras actividades productivas que garanticen la provisión de recursos necesarios para el desarrollo cajamarquino. La actitud con la que deben enfrentar el problema, se basa como lo mencioné anteriormente, en la búsqueda necesariamente de la responsabilidad social y ambiental de la empresa minera y asimismo en la implementación de instrumentos de gestión por parte del Ejecutivo las cuales permitan hacer más efectivo su gasto público y la población pueda realmente percibir y recibir los beneficios que trae consigo una minería responsable.
Esperemos que estas actitudes por parte de la población finalmente no terminen por agotar la paciencia del Ejecutivo, el mismo que tiene que estar convencido que el diálogo es el único camino posible para poder negociar y llegar un acuerdo satisfactorio para todas las partes. Al menos en ese andar iba el ex premier Salomón Lerner el cual garantizaba cierta templanza y paciencia en las negociaciones, pero acaso se puede decir lo mismo de este nuevo gabinete ministerial, al parecer no. Las medidas de coacción como el estado de emergencia, el congelamiento de las cuentas de los gobiernos regionales, la detención arbitraria de dirigentes, la presión para el “firma de una vez” y los tonos militares no ayudan en nada y por el contrario otorgan oportunidades para que la dirigencia cajamarquina se agarre de estas actitudes y continúe dilatando las negociaciones.   
Como van las cosas considero que de alguna forma las cosas están echadas en nuestro país con este nuevo giro del gobierno hacia la centro derecha, en donde al parecer las cosas van a seguir iguales y la Reforma del Estado aún tiene para rato. Dios nos libre de una segunda versión del Perro del Hortelano del gobierno pasado y el embalse social se vuelva cada vez más insostenible para el gobierno de turno. Como dijo recientemente César Hildebrandt en su revista: “Osea que en el Perú en que pierde las elecciones, gana”. Ese es el sinsabor que se deja a muchos peruanos que confiaban en que el gobierno por fin iba a negociar de igual a igual con las empresas privadas y que la prioridad sería el desarrollo y la inclusión social.
Finalmente señalar que si las cosas siguen así, la figura del Padre Arana para las elecciones presidenciales del 2016 suena con mucha fuerza. Cada cinco años el país se radicaliza más y las opciones de una izquierda intransigente y con mano dura se cristalizan más. En ese sentido si no se resuelve en este gobierno el problema de fondo que es el adecuado y eficiente gasto público por parte de los gobiernos regionales y locales que haga partícipes a la población de los beneficios que trae consigo la actividad minera responsable, no tengan duda que para el 2016 nos encontremos ante extremos más radicalizados. Aunque siendo sinceros, la ruta parece establecida y en un supuesto negado el Padre Arana llegara a ser Presidente de la República, no duden que el poder económico lo convierta en el Monseñor Arana. Por eso hay que redistribuir y acortar las brechas de desigualad en este tiempo Presidente Humala.

No hay comentarios:

Publicar un comentario