viernes, 5 de agosto de 2011

¿EL GOBIERNO ESTÁ EMPEZANDO A PERDER EL ENFOQUE?


Se debe priorizar el Desarrollo Social por encima de la actividad empresarial estatal. 

Estos últimos días han sido para la política peruana, un escenario que quizás no nos debería sorprender, a raíz de las confrontaciones entre diversos actores políticos, tomando como punto de referencia la polémica y desde mi punto de vista, innecesaria juramentación del Presidente Humala y sus respectivos Vicepresidentes por el espíritu de la Constitución de 1979, con lo cual provocó la reacción del ala más recalcitrante del fujimorismo representados por la ahora suspendida congresista Marta Chávez, abriendo asimismo, otra discusión, debido a la forma en que el Congreso de la República ha llevado a cabo el proceso disciplinario de la mencionada congresista, la cual ha sido de una forma privada, agresiva y desproporcionada en relación a la sanción (120 días de suspensión sin goce de haber); y para muchos constitucionalistas, sin haberse respetado el debido proceso disciplinario que rige el Reglamento del Congreso.

Esperemos que este no sea un precedente negativo para futuros procesos disciplinarios, más aún sin tener un respaldo moral por parte del oficialismo, teniendo en cuenta que éste aún no resuelve el “impase” que se suscitó con la visita del hermano del Presidente a Rusia y que al parecer está siendo tratado por agua tibia.

Sin embargo, lo que está llamando la atención en estos días, y por lo que necesesariamente  han tenido que salir a declarar y aclarar voceros del oficialismo, es con respecto a la pugna existente entre los que están a favor del retorno de la Constitución de 1979, y los que promueven cambios graduales a la Constitución actual de 1993, con la finalidad de retomar y/o establecer los lineamientos que permita a la actual gestión, llevar a cabo sus políticas sociales prometidas en campaña y adicionalmente, implementar una corriente de participación activa del Estado en la actividad empresarial; ya sea promoviendo una línea aérea de bandera, la recuperación estatal de los puertos, el fortalecimiento de Agrobanco, la intervención en exploración y explotación minera, entre otras priopuestas que al parecer, indicarían que el gobierno está perdiendo el enfoque con respecto a la priorización de las actividades escenciales del Estado prorrogadas por mucho tiempo como son la educación, salud, la descentralización, la justicia y una sostenible promoción y regulación de la actividad privada.

En ese sentido debo resaltar que, la participación estatal en la actividad privada no es mala en sí, teniendo en cuenta además ejemplos exitosos de empresas nacionales por parte de nuestros paises vecinos como CODELCO en Chile, PETROBRAS en Brasil o ECOPETROL en Colombia por tomar algunas referencias; sin embargo particularmente considero que, sin perder esa perspectiva de aspirar a ser un Estado con presencia empresarial fuerte, eficaz y competitiva en la actividad privada nacional y extranjera; se debe ordenar previamente la casa, en primer lugar con las reformas sociales inclusivas plantedas por el gobierno, tanto en el ambito laboral, salarial e identificando los puntos más vulnerables de la sociedad sumidos en la pobreza y desigualdad; y por otro lado potenciar urgentemente la educación, la salud y la seguridad, nivelándola con los estándares óptimos que demanda un Estado que atravieza un momento rentablemente saludable y sustentable debido al incremento de la inversión privada en el país, la cual debe ser canalizada de una manera sostenible, integrando a las empresas en esta nueva visión de desarrollo social a través de sus sobreganancias en el caso de las mineras y porque no, ir allanando el camino para convertirnos en una nueva propuesta atractiva dentro del mercado, a través de empresas estatales sólidas, técnicas y que se conviertan en orgullo nacional.

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