miércoles, 9 de noviembre de 2011

EL TURNO DE LA OTRA VICEPRESIDENTA


Si seguimos así, vámonos todos y que el último apague la luz.
¿Tan difícil es caminar derecho, otra vez? Podría ser el próximo comentario en las redes sociales de la primera dama Nadine Heredia, a raíz de la reciente denuncia periodística que tendría como involucrada a la primera vicepresidenta de gobierno Marisol Espinoza en otro lamentable episodio de tráfico de influencias a tan solo cien días de ejercida la administración Humala. Todo esto en el contexto de un aniversario más del partido oficialista Gana Perú, la visita del Presidente junto a su esposa a la ciudad de Calacoa – Moquegua (agradeciendo el apoyo al levantamiento que dieran en Locumba) y la celebración de la V Cumbre Ordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) llevada a cabo en Asunción – Paraguay.
Y es que el presidente Humala debe estar más que preocupado y quizás hasta desilusionado, debido a que todavía estaba terminando de asimilar la acusación contra el segundo vicepresidente Omar Chehade producto de su desatino al invitar generales de la PNP y miembros de su familia a un lujoso restaurante para tratar temas de carácter privado, como es favorecer a una de las partes involucradas en el sonado caso de la azucarera Andahuasi; cuando sale a la luz otro caso similar, esta vez siendo protagonista su otra vicepresidenta, presuntamente por haber abusado de su poder desde el Ejecutivo para trasladar un costoso equipo médico valorizado en más de un millón de soles y que debía ser enviado a Apurímac, pero que a las finales se reasignó su traslado a Piura, ciudad natal de la actual primera vicepresidenta. 
Esta denuncia fue propiciada por propias autoridades y dirigentes sociales de Apurímac, quienes acusaron a Marisol Espinoza – Congresista por Piura - de estar detrás de la decisión de trasladar un costoso “Tomógrafo” tomando como referencia una carta de fecha 11 de agosto de este año, que la acusada habría enviado al presidente ejecutivo de Essalud – Álvaro Vidal -, pidiéndole explicaciones de por qué un tomógrafo que requería Piura desde hace cuatro años, aún no había llegado todavía. Al parecer dicha carta tuvo efectos inmediatos, puesto que el 6 de setiembre se hizo oficial el traslado del tomógrafo comprado para Abancay a la ciudad natal de la legisladora oficialista. 
Ante estos hechos, la vicepresidenta ha señalado que dicho equipo médico, lo había solicitado desde hace 4 años y además se trataba de un tomógrafo con capacidad de 6 cortes, mientras que el reasignado a Piura cuenta con 16 cortes, lo cual resulta contradictorio puesto que de la licitación pública internacional con la cual fue adquirido el tomógrafo, se desprende que esta se llevó a cabo recién a fines de 2010 cuando Essalud convocó a licitación pública para la compra de 8 tomógrafos, y otro tomógrafo adicional en el mes de abril de este año (de 16 cortes), siendo este el que debía trasladarse el Hospital II de Abancay en Apurímac, ciudad que alberga una considerable población que vive en la pobreza y la cual se encuentra ahora en una marcha de protesta debido a que este anhelado equipo médico nunca llegó, en vista de que el 6 de setiembre imprevistamente el gerente general de prestaciones de Essalud, aprobó que el equipo médico fuera reasignado al hospital José Cayetano Heredia de la ciudad de Piura, la misma que no se encontraba dentro de la lista de las ciudades beneficiadas por estos equipos.
Por otro lado, la vicepresidenta en su defensa replica acusando a los apristas - dentro de lo que se ha convertido en el nuevo discurso de defensa utilizado por funcionarios del actual gobierno ante cualquier denuncia producto de sus acciones– quienes actualmente manejan Essalud y estarían manchando su imagen para desestabilizar al actual gobierno filtrando información a los medios de comunicación.
Ante esta situación, resulta mortificante que un gobierno que tuvo como bandera en campaña electoral la lucha frontal contra la corrupción se vea envuelto en constantes denuncias y problemas que tengan que ver con el abuso de sus funciones como autoridad. Todas estas acusaciones representan una molestia para el actual gobierno quien tiene que lidiar con aparte de los problemas sociales que estarían por surgir en todo el país, con problemas internos protagonizados por miembros de su partido y figuras actuales de la actual gestión, quienes no pueden al parecer controlar sus impulsos por abusar de su poder mediático para hacer lo que mejor les parece sin respetar los procedimientos y mecanismos que establece la administración pública.
Por otro lado tenemos que tener en cuenta también que se debe tener mucha objetividad en las investigaciones, y que la noticia no se debe parcializar por ningún lado; recordemos que estamos al parecer en una guerra mediática de medios periodísticos influenciados por grupos de poder político y económico, que estarían buscando cualquier error del gobierno para sacarlo a la luz y sacar el mayor provecho posible demostrando con eso que la corrupción es “algo normal” que a todos los gobiernos les pasa y que este no estará ajeno del mismo.
Y es verdad, hay que tener cuidado del APRA, el fujimorismo y de sus medios aliados; no podemos distraernos con estos hechos, que como repito deben ser investigados rigurosamente por el Ministerio Público y el propio Congreso de la República pero sin caer en la especulación, tomando atención a lo que la Megacomisión vaya descubriendo de las próximas investigaciones que llevará a cabo de la administración del anterior gobierno aprista y sus manejos que tuvo con el erario nacional, el cual como todos sabemos, no tuvo nada de honesto y transparente. Es decir como se repetía en la campaña electoral pasada, de este gobierno podemos tener dudas, pero del anterior gobierno aprista, tenemos pruebas y muchas.
Finalmente señalar que este gobierno no debe engordar los argumentos que la oposición neoliberal pueda utilizar para desprestigiarlos y zafar de sus acusaciones pasadas, demostrando con eso que todos son pasibles de corrupción y es así como funciona el aparato estatal. Asimismo en el caso de la gestión de Susana Villarán, lamentablemente se está esperando por parte de sus opositores que fracase en su administración, es por eso que se tiene que poner las pilas y empezar a ejecutar obras a la par de los trabajos que viene haciendo con respecto a participación ciudadana. Sino los más favorecidos serán los que gobernaron mal en el pasado y que están con ansias de volver a cualquier costa, hasta con una revocatoria si es posible. Trabajar con transparencia, pero con efectividad y rapidez se requiere urgentemente.

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