lunes, 17 de octubre de 2011

LOS INDIGNADOS Y EL DECLIVE MUNDIAL DEL CAPITALISMO


Reducción de la Pobreza no significa reducción de la desigualdad
La epidemia de los “indignados” se extiende desde Europa y los Estados Unidos, y su propagación que en un principio se vio como una amenaza, hoy es un hecho y esto lo vemos reflejado en América Latina, a raíz de las manifestaciones estudiantiles tanto en Chile, como las recientemente sumadas en Colombia y a lo que se integran protestas y marchas en los demás países latinoamericanos, ante un sistema económico mundial que ha ocasionado una profunda brecha de desigualdad, resquebrajando las sociedades de muchos países sin distinción alguna.
Pero qué son realmente los “indignados”, es acaso una movida social que se ha puesto de moda recientemente a nivel mundial. Por supuesto que no. Esta problemática que hoy se refleja en los “indignados”, es más bien una respuesta y/o consecuencia de una cruel política socioeconómica capitalista impuesta por muchos gobiernos a los largo de estos años, la cual se ha visto más evidenciada a raíz de la crisis económica mundial, la cual ha provocado que la gente sea más consciente de que necesitamos cambiar profundamente el sistema capitalista, porque se necesita más justicia e interés para que las personas sean más iguales.
En el mundo entero, la palabra que hoy mueve más fuertemente que nunca y sobretodo está uniendo a los jóvenes es sin duda la “igualdad”. En Europa se ha iniciado esta corriente en España, en donde decenas de miles de jóvenes españoles ocuparon desde el 15 de mayo pasado, las plazas de unas sesenta ciudadades del país para protestar contra el desempleo y las severas medidas de austeridad impuestas por su gobierno. Este movimiento se ha transformado en toda una epidemia contagiando a los jóvenes de otros países como Grecia, Francia, Alemania, Bélgica e Italia, quienes también se ven afectados por un elevado desempleo y sin perspectivas claras de futuro por parte de sus gobiernos.
Una característica de estás marchas son la utilización de las nuevas tecnologías, como el internet, los mensajes de texto y las redes sociales, las cuales han favorecido para la propagación de los movimientos juveniles en protesta en Europa y que ha permitido extenderse al resto del mundo a la velocidad de la luz. Por otro lado el agua y la comida están gratuitamente a disposición de los manifestantes, en donde algunos jóvenes se entretienen en talleres y otros voluntarios informan de los incidentes a los periodistas.
Claras evidencias de que esta corriente ha pasado de ser una ola para convertirse en un Tsunami, son casos como por ejemplo en Grecia, otro país que como España está sumergido en una profunda crisis económica y social, lo cual ha propiciado que unas cuarenta mil personas en su mayoría jóvenes invadan hace unas semanas la plaza Syntagma frente al Parlamento griego, en protesta tras el anuncio de su primer ministro Georges Papandreu acerca del endurecimiento del plan de austeridad nacional combinado con privatizaciones que arrastran nuevas medidas de ajustes. En Francia, sucede lo mismo, la cantidad de “indignados” aumenta hora tras hora, reclamando un “Democracia Verdadera Ahora” en vista de que esta democracia ha sido secuestrada por los mercados financieros hace muchos años, desmantelando los servicios públicos, la educación, la salud, las jubilaciones, etc. Los jóvenes belgas también salieron a protestar en el corazón de Bruselas, ciudad simbólica por ser la sede de la Unión Europea. También hubo protestas en Italia, Alemania y Portugal, otro país gravemente afectado por la crisis.  
Estados Unidos tampoco ha sido ajeno a este problema mundial, por el contrario el conjunto de “indignados” en este gigante país crece también de manera exorbitante, siendo las ciudades que más han sido tocadas por este fenómeno New York y Washington bajo el lema “Toma a Wall Street”, en donde ciudadanos se vuelcan a las calles protestando contra la avaricia de los bancos y las corporaciones, y contra el sistema político que los ha socorrido en sus operaciones en las medidas dispuestas cuando ocurrió la primera crisis financiera en los Estados Unidos.
Por otro lado, América Latina desde hace semanas también vive particularmente su contexto de protestas, siendo las más notables en Chile y ahora Colombia, en donde las movilizaciones universitarias masivas ponen sobre la mesa el tema de desigualdad, buscando con eso terminar con el manejo abusivo de la educación como un instrumento de lucro y por el contrario ubicar la educación como un derecho que el Estado debe garantizar permitiendo el desarrollo de capacidades y las oportunidades para todos. Es un abuso que los estudiantes de universidades públicas en dicho país, tengan que pagar por sus estudios, de cuestionada calidad a través de créditos que deben cancelar terminados sus estudios y con los intereses comerciales adicionados.
Asimismo, el Perú también se encuentra inmerso dentro de este problema mundial, en vista de que por muchos años ha optado por este modelo de crecimiento económico, mercado libre, apertura total, reducción de pobreza, estabilidad política, etc. Es por eso que tenemos que tener en claro, ahora que estamos tomando un nuevo rumbo como país a través de un gobierno que tiene como bandera la inclusión social, que esta no pasa exclusivamente por reducir la pobreza, la cual es necesaria, pero que el enfoque debe estar en acortar las brechas de desigualdad que marcan a la sociedad peruana. Las políticas sociales deben  ser más participativas e inclusivas. Esto quiere decir, como lo señala el Profesor Carlos Figueroa, en convertir a la población beneficiaria en un actor de su desarrollo y no en un sujeto pasivo atento a la caridad del Estado o de alguna empresa privada, la cual más bien debe convertirse en socio estratégico de las comunidades donde opera, con lo que se ingresaría a un proceso donde la cogestión y la corresponsabilidad se abren paso frente a las políticas asistencialistas o clientelistas pasivas que se deben desterrar. Sino nuestros “indignados” estarían por brotar en cualquier momento.

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