¿UN FUTURO PARA PERU POSIBLE, ES IMPOSIBLE?

Alejandro Toledo, la cumbre presidencial y el resurgimiento de su partido

Al parecer el luto que ha estado llevando el ex presidente Alejandro Toledo en estos largos meses, está llegando a su fin, sin duda debe ser demasiado chocante ver como se escurre por la cañería tanta inversión y esfuerzo en una campaña presidencial, sobretodo de la manera en que la manejó Perú Posible, desplegando una campaña millonaria en donde todo indicaba que eran nuevamente gobierno, luego de mantenerse por casi toda la campaña con la preferencia de la población al máximo (entre 55% y 70% le daban las encuestas de aprobación), y sin embargo en el tramo final, a dos meses de las elecciones, así como subió, bajó de manera estrepitosa, dejando sin piso a nivel nacional, a mucho de los candidatos al congreso que habían realizado considerables inversiones por estar incluidos dentro de su propuesta “ganadora”; dejando como lección, que no sirve “colgarse” de los partidos políticos por más auspiciosos que estos sean, por el contrario, lo importante es el trabajo de bases y posicionamiento personal del candidato, no dos o tres meses antes de las elecciones, sino apoyarse en un trabajo a mediano y largo plazo, al margen del partido político, esto en el caso que los candidatos sean independientes, porque lo correcto sería hacer un trabajo partidario serio y no ser solamente un objeto político que se vende al mejor postor.

Pero centrándonos en el caso Toledo y Perú Posible, la decisión del ex presidente de quedarse durante el próximo año en el país para reorganizar su partido, me parece muy saludable; porque además de eso, también le permitirá participar en la dirección de las decisiones de la bancada parlamentaria que estableció en el Congreso, la cual si mantiene una buena performance, puede convertirse en un factor importante para la gobernabilidad en nuestro país. Sin embargo, Toledo debería preguntarse si existe dentro de su partido recambios de hombres y bases suficientes como para realizar los cambios que se esperan, porque como es evidente, Toledo mismo es la cara principal de Perú Posible y todo gira alrededor de él; ahora habría que ver si ese caudillismo lo quiere compartir, lo cual sería muy importante para la institucionalización de su partido, o actúa como en el APRA de García, donde este último tiene poderes absolutos que echan por los suelos todo lo avanzado por el todavía partido más disciplinado del Perú.

Un hecho que marcaría una señal clara de dejar el derrotismo atrás y mirar con objetividad el futuro para Toledo, sería la realización por parte de la institución que viene liderando (Centro Global para el Desarrollo y la Democracia), de la VI Cumbre de ex Presidentes que se llevará a cabo en Lima mañana domingo 11 de setiembre, y la cual tendrá como temática principal: La Institucionalidad Democrática y la Inclusión Social; en dicha reunión también se analizará la eficacia de la Carta Interamericana que firmaron hace diez años (recordando trágicamente en EEUU los sucesos del 9/11), todos los países latinoamericanos, además de Estados Unidos y Canadá, y a excepción de Cuba; en la cual se establecía una gran Constitución Política y Democrática para América Latina, la cual serviría para vigilar a los gobiernos cuando rompen o se salen de las reglas de juego democráticas o vulneran los derechos como los de libertad de expresión, derechos humanos, independencia de poderes, o lo que puso de moda el fujimorismo en los 90’, que son los cambios en la Constitución para reelegirse  y reelegirse indefinidamente.

Cabe señalar que es de mucha importancia también para los intereses de Perú Posible y también para la Gobernabilidad en el Perú, el visto bueno que le ha dado el actual gobierno peruano, para la realización de esta VI Cumbre de ex Presidentes, la misma que estará siendo inaugurada por el Presidente Ollanta Humala y clausurada por el Presidente del Consejo de Ministros Salomón Lerner Ghitis. Con lo cual, da indicios de una verdadera consolidación de una suerte de cogobierno, aunque lo nieguen tajantemente desde ambos lados, pero sea lo que sea, la idea de fortalecer el posicionamiento de un espectro político que luche por el crecimiento social de mercado, estaría dando resultados.

En ese sentido, considero que la reorganización de un partido como Perú Posible, la cual sin duda por más cambios que existan, Toledo seguirá presidiéndola al menos por una postulación más, es muy confortante para el sistema de partidos en el Perú, en vista de que más allá de sus pretensiones políticas para las elecciones presidenciales del 2016, puede en el contexto institucional actual, contribuir como corresponde a un verdadero partido político, el llevar a cabo un eficaz acuerdo de gobernabilidad, desempeñando con mayor autoridad por parte de Toledo, su papel como ex presidente y asimismo estaría siendo consecuente con los principios que plantea en la cumbre que viene organizando.

Finalmente, pensar que Perú Posible tiene futuro para las próximas elecciones sería especular, pienso que en América Latina las tendencias de un gobierno de centro izquierda democrática, luego de dictaduras o gobiernos de derecha, duran entre dos a tres periodos como mínimo; lo mismo ha pasado en Chile con la Concertación, antes del actual gobierno de derecha del presidente Sebastián Piñera, y lo mismo está pasando en Brasil con el gobierno moderado de izquierda del Partido de los Trabajadores, luego de un gobierno de centro por parte de Cardoso. En este caso Perú Posible tendría que radicalizar un poco más su discurso hacia la izquierda, sobretodo en temas económicos y sociales sin llegar al populismo, promoviendo una segunda etapa de lo que viene haciendo el actual gobierno en políticas de inclusión social, para dar paso a una propuesta de desarrollo productivo, con énfasis en el impulso de la ciencia, la tecnología y la manufactura en el Perú. Es en este equilibrio que se puede evitar el retorno de la derecha neoliberal y populista peruana o el peligro del salto del otro extremo radical social-comunista, camuflado en frentes de izquierda, que nos devolvería al atraso y al fracaso como en la década de los 70’.